El AEM de Lleida se proclama campeón a falta de cuatro jornadas del final y con unos números espectaculares
El infantil del AEM de Lleida, formado por chicas, celebra el título de Liga. AEM Vídeo: ATLAS
Explica Dani Rodrigo, el entrenador del equipo infantil del AEM de Lleida, el único en Cataluña compuesto íntegramente por chicas, que cuando el club decidió formar el equipo para que las jugadoras pudieran seguir compitiendo, aunque lo hicieran contra chicos, muchos les miraron con desconfianza. “Nos decían que estábamos locos. Y los padres se quejaban porque siempre les ganaban”, apunta. Eso fue hace tres años. La temporada siguiente terminaron terceras. Y este sábado ese equipo, cuyas futbolistas tienen de 12 a 14 años, ha hecho historia al ganar la Liga de Segunda masculina tras imponerse (1-2) al Pardinyes B.
El AEM de Lleida lo ha logrado, además, a lo grande. Se han proclamado campeonas cuatro jornadas antes de que termine el campeonato. Y sus números son espectaculares. En todo el curso solo han perdido un partido de los 22 jugados; y han empatado dos. Son el equipo más goleador del torneo, con 93 tantos a favor, y el que menos goles ha encajado: 25.
Pero el club catalán no se ha parado ahí y cada vez cultiva más la cantera. “En benjamín ya tenemos un equipo nuevo solo de niñas; y también el alevín y el infantil, que compiten contra niñas. Hace tiempo que trabajamos con equipos femeninos. Tenemos 110 niñas con nosotros. Ahora mismo cualquier niña pequeña que quiera empezar a jugar a fútbol llama al AEM”, señala, con orgullo, el entrenador.En sus filas, además, está la máxima goleadora de la Liga, Andrea Gómez, que ha marcado 37 goles en los 21 partidos que ha jugado. Y, cómo no, también la portera menos goleada, para cerrar el círculo: Laura Martí, una niña que llegó al club desde Girona, buena muestra de que el AEM apuesta por el fútbol en femenino. Sin prejuicios, ni temores. “Hasta alevines pueden jugar niños y niñas mezclados, pero cuando pasan a categoría infantil ya no hay nada más, no pueden competir, por eso optamos por crear el equipo de chicas. Además, sabíamos que competir contra chicos las haría más competitivas. La coincidencia ha sido, también, que se ha dado una generación muy buena”, expone Rodrigo.
Sus jugadoras, sin embargo, no son conscientes de lo mayúscula que es la hazaña que han conseguido. “Ellas juegan a fútbol, les gusta, y encima ganan. Pero no saben que están rompiendo muchos tabús. Ahora ya sabemos que un equipo de chicas puede ganar a otro de chicos y más cómo lo han hecho”. Así se lo dijo Rodrigo en el vestuario, cuando todavía celebraban la victoria: “Habéis hecho una cosa muy grande, más de lo que os pensáis. Las nuevas generaciones de niñas que suban se fijarán en vosotras”.
Consciente de que el físico puede jugar en contra de su equipo, por una cuestión natural (especialmente se nota con la mitad del grupo que son infantiles de primer año y que están menos desarrolladas físicamente), el preparador explica que el AEM está muy bien trabajado desde el punto de vista técnico y táctico. “Eso hace que muchos partidos que se nos atascan podamos decidirlos, por ejemplo, a balón parado, como ocurrió el sábado”.
La Liga la ganaron gracias a un gol de falta en el último minuto del encuentro. Lo marcó Alba Caño, que atendió a las directrices de su técnico –“Estaba muy nerviosa, no sabía si lo conseguiría o no, pero Dani me dijo que la tirara alta y yo siempre hago lo que él me dice”, apuntaba en declaraciones a TV3- y dejó a todos con la boca abierta. “Lo hizo mucho mejor de lo que le había dicho”, concede el entrenador.
Sus jugadoras juegan, probablemente sin saberlo, contra estereotipos de todo tipo. En todos estos años “han generado mucha sorpresa al llegar a campos donde los rivales no saben que jugarán contra un equipo de chicas. Hasta los árbitros se sorprenden y piensan ‘esta gente se ha equivocado’, aunque cada vez pasa menos”. Y añade: “También nos hemos encontrado con mala educación en muchos sitios. Y no solo los padres levantan la voz, también las madres. Pasa poco, pero todavía pasa, por desgracia”. Quizá su éxito les ayude a cambiar las cosas.
Fuente: El País
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