Bakelants recibe el maillot amarillo tras ganar una etapa en el Tour de 2013. CHRISTOPHE ENA AP |
En los últimos meses, diferentes carreras ciclistas han decidido eliminar de la entrega de trofeos a las chicas que dan al ganador su ramo de flores y sus besos por considerarlo una tradición sexista que reduce a la mujer al papel de florero. El Tour mantiene aún a sus azafatas, pero quizás su dirección haya empezado a pensar que es una práctica que no se lleva bien con las demandas de la sociedad. Si todos aquellos que promueven el fin de las azafatas en los podios necesitaran aún algún argumento más, un ciclista amante de la tradición machista justamente se lo acaba de regalar. Y también para los muchos que ven torcidamente en el ciclismo, en sus tradiciones y hábitos, y en sus profesionales, un deporte en decadencia.
“Al Tour me llevaré un paquete de condones porque nunca se sabe esas chicas del podio por dónde han estado antes”, declaró el belga Jan Bakelants, de 31 años, respondiendo de manera pretendidamente jocosa a una entrevista graciosa de un diario de Bruselas. El Tour, enfrentado por primera vez en sus vísperas a una polémica en la que el dopaje no es el centro, reaccionó con más decisión y prontitud que en estas. El director de la carrera, Christian Prudhomme, inmediatamente le pidió al corredor que se retractara de sus comentarios sexistas y de mal gusto, y también se disculpó en su nombre su equipo, el Ag2r francés, liderado por Romain Bardet, segundo en el Tour pasado y también entre los favoritos del de 2017, que comienza el sábado en la ciudad alemana de Düsseldorf.
“Mi más sinceras disculpas a todos aquellos ofendidos por mis palabras… Mis palabras han sido inapropiadas”, escribió Bakelants en un tuit, en el que no aclaró si sus palabras “inapropiadas” se corresponden con su pensamiento verdadero. El Tour, y la mayoría de las carreras ciclistas, fueron hasta hace unos 30 años un coto cerrado de hombres en el que no se acreditaba ni se permitía seguir la prueba en un coche dentro de la carrera a ninguna mujer, excepto a las azafatas encargadas de dar el ramo de flores y un par de besos a los ganadores en el podio. En el Tour de 2013, Bakelants recibió tal tratamiento después de ganar en Ajaccio la etapa, que le proporcionó un fugaz maillot amarillo de líder.
Fuente: El País
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