miércoles, 2 de noviembre de 2016

¿Si no me nombras, no existo? Una necesidad y un acto de justicia.


"La niña, que siempre la llamaron niña, cree que sólo es una niña si se dirigen a ella como tal: niña siéntate, niña cállate, niña pórtate bien, niña no digas eso, niña ven.

Un día la profesora dice: «los niños que hayan acabado el ejercicio, que salgan», ella no se mueve.
— ¿Por qué no sales?
— No, como dijo los niños...
— ¡Niña!, cuando digo los niños es todo el mundo, tú también.
Ella sale y piensa: cuando dice los niños también soy yo; y cuando vuelve del recreo, dice la profesora: «los niños que se quieran apuntar al fútbol que levanten la mano», ella la levanta.
«¡Qué no, que dije los niños!». Y claro, ella piensa: ¿niños no es todo el mundo?

Desde ese momento estás preparada para contestar a lo que te echen, tú ya sabes que a veces eres “los niños” porque es genérico, pero a veces no eres, porque es específico, son solo los niños varones. Ellos siempre están incluidos, nosotras, a veces.
Y yo digo que de ahí viene la famosa intuición femenina de pasarse toda la vida adivinando por el contexto ¿me estarán nombrando? ¿Estaré yo?".


Fragmento de libro “Como se enseña a ser niña, el sexismo en la escuela” de Monserrat Moreno..

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