La sufragista Millicent Fawcett
(Aldeburgh, Suffolk, 1847 - Londres, 1929) se ha ganado un espacio
frente al Parlamento Británico. Eso sí, un siglo después de que se
lograse el derecho al voto en el Reino Unido.
Este pasado martes se inauguró en Londres la estatua de esta líder del
movimiento sufragista durante medio siglo, la primera que hay de una
mujer en la plaza del Parlamento.
La efigie de la fundadora de la Unión Nacional de Sociedades del Sufragio Femenino ganó el lugar a la conservadora Margaret Thatcher
—el consistorio del barrio londinense de Westminster escogió
homenajearla a ella en vez de a la exprimera ministra de Reino Unido (Grantham,
1979 - Londres, 1990)— y acompañará a 11 esculturas de personajes
históricos, todos ellos hombres: Winston Churchill, Ghandi, George
Canning, Nelson Mandela y Abraham Lincoln, entre otros.
“Yo
no estaría aquí hoy como primera ministra, ninguna diputada ocuparía su
asiento en el Parlamento, ninguna de nosotras tendría los derechos y
protecciones de los que disfrutamos hoy en día, si no fuera por
Millicent Fawcett”, declaró Theresa May
durante la presentación, a quien acompañaba el alcalde de Londres Sadiq
Khan: “Hoy es un día histórico. Finalmente, la plaza del Parlamento ha
dejado de ser un sitio que solo acoge esculturas de hombres”.
A pesar de que Fawcett luchó desde los 20 años a favor del sufragio universal, no fue hasta que cumplió los 71 cuando vio a las mujeres votar en las galerías públicas de la Cámara de los Comunes.
Frente a la acción directa de muchas sufragistas, defendió los métodos
no violentos de protesta. Pero Fawcett no solo peleó por el sufragio
universal, también lo hizo contra el trabajo infantil y dedicó gran
parte de su vida a mejorar las oportunidades educativas de las mujeres:
fue una de las fundadoras del Newnham College, el segundo que admitió mujeres en la Universidad de Cambridge.
La estatua, en bronce, es obra de la artista Gillian Wearing —ganadora del premio Turner de arte contemporáneo en 1997— y representa a Fawcett sosteniendo una pancarta en la que puede leerse "Courage calls to courage everywhere" ("El coraje llama al coraje en todas partes), un extracto del discurso que dio tras la muerte de la sufragista Emily Wilding Davison.